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Talleres para fortalecer conocimientos y actitudes con profesorado de Puebla, Tlaxcala y  Estado de México, en el marco del proyecto “En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”.

Armando Franco Ordaz. Coordinador de proyecto en la implementación virtual

A tres años de implementar el proyecto “En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”, con el financiamiento del Fondo Fiduciario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Eliminar la Violencia Contra la Mujer, hemos concluido el proceso de capacitación virtual con profesorado del Estado de México, Puebla y Tlaxcala. A través de las sesiones guiadas por especialistas fortalecimos sus conocimientos y actitudes para contribuir en la prevención, detección y canalización de casos de embarazo infantil y violencia hacia niñas y adolescentes.

Este proceso de formación tuvo retos importantes. El primero fue la pandemia de COVID-19, que nos obligó a enfrentar situaciones relacionadas con la salud física y mental, proveer cuidados familiares, en particular a infancias y personas adultas mayores, y a resolver la economía familiar con las dificultades del necesario aislamiento. 

Por otra parte, las clases presenciales migraron a la virtualidad en un contexto en el que una buena parte del personal docente no contaba con conocimientos, herramientas y habilidades tecnológicas, y el alumnado tenía dificultades para acceder al internet y a dispositivos como computadoras o tabletas. Las brechas económicas y tecnológicas se profundizaron creando nuevas desigualdades, incluyendo las de género y generación.

Las dificultades se convirtieron en retos y aprendizajes, pues tuvimos la capacidad de resiliencia, lo que nos permitió fortalecernos y construir nuevas habilidades.

De esta forma, nuestra aportación para reducir las brechas de desigualdad generadas por el contexto de la pandemia, fue la capacitación a más de 1,400 maestras y maestros, que incluyó diez sesiones por grupo, donde trabajamos temas centrales para prevenir, detectar y canalizar casos de embarazo infantil y violencia hacia niñas y adolescentes, entre los que destacan los siguientes:

  • Tipos y modalidades de la violencia contra mujeres y niñas.
  • Paquete de Servicios Esenciales (PSE).
  • La debida diligencia como un proceso que enmarca el quehacer de las instituciones que atienden a víctimas o sobrevivientes de violaciones a sus derechos humanos y el marco normativo como son: la Convención de los Derechos de los Niños; el Enfoque de Derechos; la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGNNA); la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGMAVLV) y la NOM-046 que aborda los criterios para la atención médica de la violencia familiar.
  • Ruta para la Atención y Protección Integral de Niñas y Adolescentes Madres y/o Embarazadas Menores de 15 años (Ruta NAME) y protocolos de actuación en caso de abuso infantil en el ámbito escolar, así como la coordinación institucional y oblicagiones. 
  • Competencias en el marco de la Educación Integral en Sexualidades (EIS) y el rol clave del docente y el entorno escolar.
  • Estrategias y didácticas educativas.

A lo largo del proceso las y los docentes compartieron casos sobre violencias que viven niñas y adolescentes en sus entornos familiares y sociales, y manifestaron su preocupación ante la resistencia o negación de las personas tutoras para denunciar los hechos. Ante esta situación, el equipo de facilitadoras sensibilizó a los grupos sobre la importancia de tomar acciones ante situaciones que violentan los derechos de las niñas y adolescentes, enfatizando en su seguridad y bienestar y subrayando la obligatoriedad que tienen en su papel de servicio público para denunciar los hechos ante las autoridades correspondientes para que se actúe en consecuencia y de manera directa. 

Cabe señalar que prevaleció la preocupación del profesorado en los casos de embarazo infantil o adolescente en los cuales las personas tutoras se niegan a denunciar y convencen a la niña o adolescente de no hacerlo, inclusive retirando a la menor de la escuela, lo que la deja expuesta a su agresor.  

Ante la complejidad de la violencia sexual y el embarazo en niñas y adolescentes, las y los docentes expresaron que estas formaciones también deben tener la asistencia del personal directivo de las escuelas, jefaturas de sector y autoridades de mayor nivel para contar con un respaldo total y hacer sinergias con las autoridades competentes, para que al existir una denuncia se concreten acciones sustantivas en beneficio de niñas y adolescentes. 

Finalmente, otra preocupación identificada en estos procesos de capacitación fueron los usos y costumbres en comunidades donde es complicado hablar sobre la EIS en el aula, debido a los mitos y prejuicios de las y los tutores alrededor de la sexualidad. Sin embargo, al concluir las sesiones el personal docente manifestó su compromiso para implementar lo aprendido en sus tareas diarias y establecer o reforzar sus redes interinstitucionales con el apoyo de nuestras compañeras líderes de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México (ddeser) en cada entidad que formó parte de este proyecto.