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Actividades de fortalecimiento de conocimientos y capacidades con niñas, niños y adolescentes en el marco del proyecto “En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”

Norma Fuentes Garduño

Durante el tercer año del proyecto “En comunidad prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”, se dio seguimiento y se implementó una estrategia integral para fortalecer los conocimientos y las capacidades de niños, niñas y adolescentes (NNA) en la identificación y confrontación de situaciones de violencia.

En primer lugar, se llevaron a cabo talleres, donde se enfatizó el fortalecimiento de conocimientos, habilidades y actitudes que impulsaran su autonomía, agencia y bienestar para identificar situaciones de su vida cotidiana que generan violencia en su contra y enfrentarla de una manera más asertiva y así poder ejercer sus derechos. Para lograr estos aprendizajes, se trabajó desde la perspectiva del aprendizaje significativo y el constructivismo. En este sentido se tomó como base las experiencias de vida y el contexto de las niñas y adolescentes participantes, así como los espacios de intercambio grupal sustentados en la confianza y respeto donde se promovió el cuestionamiento de las propias creencias, en un marco de colaboración y de diálogo.

A través de cinco sesiones por grupo, se trabajaron temas como diagnóstico comunitario, autoestima y autoconcepto, género y sexualidad, derechos humanos de los NNA, violencia contra mujeres y niñas,violencia digital y deconstrucción del amor romántico. Se aplicaron técnicas como juegos, discusiones guiadas, resolución de casos, mapeo comunitario y reflexión individual y grupal y se ocuparon recursos como lecturas y videos. Los temas abordados fueron novedosos para las niñas, niños y adolescentes, si bien se mostraban reservadas/os y a la expectativa al inicio de los talleres, con las actividades de integración y el clima de seguridad y confianza que se creó al interior de los grupos se mostraron con apertura a la participación y a escuchar la información compartida. 

Al abordar la violencia digital las adolescentes se mostraron interesadas, ya que en algunos casos lo relacionaron con experiencias no positivas de conocidas que han sido vulneradas en su integridad y seguridad personal al ser compartidas imágenes sin su consentimiento. Hicieron referencia a la Ley Olimpia. Se reflexionó sobre los riesgos que se corren en las redes sociales y la importancia de establecer medidas de seguridad, y sobre todo se reforzó que todas las personas que usan redes sociales pueden ser objeto de estos riesgos y más si son niñas y adolescentes. Cabe destacar que igual se identificaron prácticas y ejercicio de violencia en la vida cotidiana. Al momento de abordar ese tema, se tuvo la oportunidad de señalar que el que sean comunes, no es sinónimo que sean correctas y que éstas deben modificarse y extinguirse. También se dieron cuenta que existen otros tipos de violencias a  través de las cuales pueden vulnerar los derechos de las niñas y adolescentes, como la económica. Asimismo, en el momento de trabajar el autoconocimiento corporal, se notaban incómodas cuando se hablaba de los órganos sexuales y aún más cuando se solicitaba que se llamaran con sus nombres (como pene y vagina), pero a lo largo de las sesiones los nombraban con más naturalidad. 

Por otra parte, se desarrollaron grupos de reflexión específicos para adolescentes, a través del diálogo y la escucha de experiencias, sentimientos y pensamientos en lo que se puede coincidir y en otros casos ser distintos, y esta diversidad de ideas, pensamientos y sentimientos amplía el espectro  de las experiencias individuales y colectivas, lo que lleva a confrontar lo vivido y transformarlo en el entorno personal y de grupo. Por ejemplo el rol de las mujeres como cuidadoras, madres y esposas; y en el caso de los hombres, los roles de proveedores. Como lo menciona Aguirre (1999) la metodología de los “Talleres de Reflexión”está guiada por el principio de reconocer a las personas como protagonistas  de sus vidas, se percibe a cada una como seres autónomos, capaces de pensar y tomar decisiones. Se retomó el enfoque de los Círculos de Reflexión para Mujeres que han tenido un aborto voluntario, elaborada por Equidad de Género y ADAS (Acompañamiento después de un aborto seguro), como espacios donde se busca generar un espacio de intercambio, aprendizaje, de apoyo, sostén, pertenencia y encuentro entre mujeres (Ortiz, O. 2019).

Se exploraron temas como menstruación y empoderamiento, sexualidad, identidad de género, masculinidad y emociones, respeto de los hombres a las decisiones de las mujeres sobre su cuerpo y su proyecto de vida, hombres y autosuficiencia, y la violencia en el noviazgo, generando conciencia sobre los roles sociales y las relaciones interpersonales. Además, se utilizaron técnicas como el trabajo en equipo, la proyección de videos, la lectura de cuentos, la discusión de casos, juegos y discusión guiada. En esta actividad surgieron dudas importantes sobre los temas tratados con anterioridad, ante ello, se estableció un buzón de dudas, donde las y los participantes expresaron sus inquietudes de forma anónima, circunstancia que favoreció su participación. Ya que como detalle, en un grupo en el que se encontraba su profesor, esto dificultó la participación y las adolescentes se sentían evaluadas por el mismo.

Los conversatorios con preguntas detonadoras, abrieron la posibilidad de compartir saberes y dudas sobre los temas señalados, donde prevaleció un clima de respeto y tolerancia, ante la divergencia de ideas o formas de concebir los temas presentados. Integrar a la conversación conceptos como: privilegio, político o desigualdad generó un desequilibrio en las y los participantes porque no los conocían, pero se mostraron receptivas a escuchar su significado y con los ejemplos fue más sencillo incorporarlos. Identificaron la dificultad que tienen los adolescentes hombres en reconocer que no expresan sus emociones por temor al rechazo y a la burla. Mencionaron que la reacción violenta ante los conflictos es una constante y que no cuentan con muchas herramientas para enfrentarlos de diferente forma y de cómo ellos lo normalizan porque no sabían que esa manera es una manifestación violenta, lo toman como natural.

Adicionalmente, se llevaron a cabo encuentros de seguimiento con niñas, donde se reforzaron los aprendizajes adquiridos en los talleres. Para estas actividades se dio un marco de  flexibilidad y apertura para que las líderes y promotoras tuvieran la libertad de elegir en conjunto con las niñas sobre qué temas abordar, de los cuales se reforzaron: menstruación, sexualidad, la violencia como construcción de la masculinidad, amor romántico, género, consentimiento, violencia y bullying. Se habló sobre los tabúes que existen sobre la menstruación y se explicó el proceso biológico, se compartieron formas de monitorear su ciclo y cómo eso les ayuda para el autoconocimiento. Para trabajar los prejuicios sobre la menstruación se abordaron las diversas maneras que se tiene de nombrarla, y a partir de eso se reflexionó sobre los tabúes sociales que existen. También reflexionó sobre la maternidad y el embarazo infantil.

Los temas de violencia, género, sexualidad, erotismo, encuentros sexuales y masturbación fueron de interés para las participantes, situación que se aprovechó para hablar de las prácticas sexuales seguras. Estos encuentros de seguimiento permitieron valorar de una manera más específica, los aprendizajes y vacíos de información con los que se quedaron en los talleres.

En conclusión, estas tres actividades fueron parte integral de una estrategia más amplia para prevenir, identificar y erradicar la violencia contra NNA y mujeres en las comunidades participantes del proyecto. Al finalizar estas actividades, las y los participantes contaban con un mayor conocimiento sobre sus derechos, así como herramientas prácticas para enfrentar situaciones de violencia y promover relaciones saludables en sus entornos.