Orientación integral para sobrevivientes de violencia: Acompañando el camino hacia la recuperación

Patricia López Romero. Coordinadora de Estados y Proyectos

Durante tres años hemos desarrollado las estrategias y actividades del proyecto “En comunidad, prevenimos y respondemos ante la violencia sexual y el embarazo infantil en 12 municipios de México”, financiado por el Fondo Fiduciario de la ONU Para Eliminar la Violencia Contra la Mujer. Nuestro objetivo principal es lograr que las niñas y adolescentes que tenían un riesgo exacerbado de violencia sexual y embarazo infantil debido al COVID-19 experimenten mayor protección, atención contra la violencia, seguridad y bienestar. 

Como antecedente, es vital recordar el contexto de nuestro país, hechos que motivan nuestro actuar en los estados donde implementamos el proyecto: 

  • 1 de cada 10 mujeres en México declaró haber sido víctima de violencia sexual. Entre 2010 y 2015, 28,672 niñas fueron víctimas de violencia sexual (CEAV, 2016), sin embargo el 94% de delitos sexuales no se denuncian y según la ENDIREH (2016) el 71% de los agresores son familiares o personas conocidas. 
  • La punta del iceberg es el embarazo infantil de 10 a 14 años, reportándose anualmente cerca de 27 nacimientos diarios (10,000 al año), y el diferencial entre la edad de la madre y el progenitor presupone coerción sexual (CNEGSyR, 2020). 
  • VCMN (Violencia Contra Mujeres y Niñas) como factor relevante en el embarazo adolescente, ya sea en relaciones de noviazgo o en el ámbito comunitario (38% reporta violencia en este ámbito en la ENDIREH, 2016).
  • Incremento de la violencia en el confinamiento por COVID 19 a nivel nacional e internacional.

Por ello, una de las estrategias de prevención y atención en las que se basa nuestro trabajo es en la  Orientación Integral de Casos de Violencia Sexual. A traves de esta acción buscamos acompañar, documentar y retroalimentar casos de violencia sexual contra niñas y adolescentes y referir a las usuarias a las instituciones para mejorar servicios y la calidad de atención en el contexto de COVID-19, y post pandemia. Esto último también para fortalecer el trabajo con las instituciones municipales y estatales y crear alianzas de trabajo en conjunto con organizaciones locales, estatales y nacionales para resolver y canalizar casos cuando sea necesario, sobre todo en los municipios donde realizamos nuestra intervención. 

Esta tarea en un inicio no sonaba fácil, y sabíamos que implicaría muchos retos para poder brindar una orientación que resultara en un impacto real en la vida de las niñas, adolescentes y otras personas acompañadas, sin embargo, asumimos lo que implicaría y con el compromiso por la justicia social que caracteriza a las integrantes de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos en México, la ddeser, quienes son las encargadas de implementar las actividades en territorio, avanzamos en la enorme misión de fortalecer las habilidades, conocimientos y alianzas para beneficio de las usuarias a quienes orientamos.

Durante la pandemia se incrementaron las solicitudes de información y la orientación integral, en especial en casos de violencia sexual. En Tlaxcala se agudizó la venta de niñas, por mencionar un ejemplo. Tuvimos que redoblar nuestros esfuerzos para la canalización a instituciones gubernamentales de casos de violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes. Hicimos énfasis en la utilización de redes sociales, correo y teléfono para la orientación de casos y contribuimos también al fortalecimiento de capacidades con funcionariado público utilizando plataformas virtuales, la radio y el perifoneo en brigadas como recursos informativos fundamentales para poblaciones que no tienen acceso a redes sociales.

Los tipos y modalidades de violencias a los que nos enfrentamos y la forma en la que debíamos responder ante cada caso hizo que la experiencia acumulada y el contexto actual, nos hiciera un referente para acompañar y orientar casos contribuyendo a atender 1,565 casos de violencias en Edomex, Puebla y Tlaxcala, tan sólo durante el año 2023. De esta cifra, 171 fueron niñas de 14 años o menos, y aunado a ello, dimos seguimiento a la aplicación de la Norma Oficial Mexicana 046 en 208 casos de embarazos por causal violación.

Pero más allá de las cifras, preferimos pensar y hablar de vidas, de personas, de niñas, adolescentes y mujeres reales a quienes hemos podido orientar y acompañar desde la escucha activa, en el sentido amplio del derecho a la coadyuvancia al acuerpamiento entre mujeres y feministas, apoyo psico-social y asistencia jurídica desde el enfoque del derecho a una defensa y asesoría jurídica adecuada e inmediata (Alvizo, F.,2022, Claves para la Asistencia a Mujeres en Situación de Violencia). 

Son niñas y adolescentes quienes vieron vulnerados sus derechos humanos y derechos sexuales y reproductivos fundamentales; quienes en un espacio seguro pudieron romper el silencio y sentir que estaban acompañadas por personas sensibles, capacitadas y comprometidas en que no vuelvan a pasar por esa situación; quienes reconocieron los abusos y las violencias que vivían y lograron poner límites y determinar el rumbo de sus vidas, muchas de ellas con el impulso de sus redes de apoyo, factor fundamental de protección para poder seguir estudiando y cumplir otras metas; quienes tuvieron embarazos forzados víctimas de violación y pudieron interrumpirlos de manera segura y decidir no ser madres en ese momento. Sus planes y proyectos de vida se fortalecieron y siguen en la búsqueda de su recuperación. 

Hemos apoyado directamente a las sobrevivientes brindando apoyo psicológico, desde atención en crisis hasta procesos terapéuticos, canalizando a servicios médicos y de trabajo social, dando asistencia jurídica para interponer denuncias y seguimiento a los procesos y carpetas de investigación en Fiscalías Especializadas y otras instituciones, pero sobre todo, hemos escuchado, hemos sido espacio y red para que puedan hablar y comprender que nada justifica las violencias de las que fueron víctimas y que nunca es tarde para empoderarse, buscar justicia y reparación del daño, porque todas las niñas, adolescentes y mujeres merecemos vivir una vida libre de violencias. 

Si necesitas apoyo y orientación no estás sola, nosotras te acompañamos: contacto@ddeser.org