Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia (Equidad) desarrolló gracias al financiamiento del Fondo Canadá para Iniciativas Locales y junto a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) el proyecto de “Fortalecimiento del Programa Apoyos para el Desarrollo Forestal Sustentable a través de su implementación con perspectiva de género en Veracruz, Puebla y Quintana Roo”.
Pero ¿por qué consideramos necesaria una implementación con perspectiva de género?
Porque queremos problematizar las diversas barreras que impiden a las mujeres una plena participación en los proyectos productivos forestales. Por ejemplo, en la siguiente imagen las problemáticas que se enlistan provocan que las mujeres estén sobre un piso frágil que difícilmente las sostiene para mantenerse y escalar su proyecto forestal, y por supuesto el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado continúa siendo el origen de muchas desigualdades frente a los hombres:
¿Sabías que en cambio los hombres están sobre un piso más firme, primero porque tienen resuelto quién realice el trabajo doméstico y de cuidado, ese trabajo invisible de las mujeres del cual ellos disfrutan, segundo pueden aprovechar otras oportunidades culturalmente legitimadas para su beneficio/bienestar:
En este contexto, decidimos el diseño de un programa integral de capacitación diferenciado entre los distintos actores que generan las condiciones para la implementación de los proyectos productivos forestales liderados por mujeres: i. funcionariado público de la Conafor, específicamente con personal directivo, personal que elabora las reglas de operación del programa, la Unidad de Género y Vinculación y la Gerencia de Abasto, Transformación y Mercados, así como las Promotorías Locales de Desarrollo Forestal.
Las capacitaciones y los diálogos estuvieron orientadas a que todos los actores involucrados reconocieran la histórica participación de las mujeres en el trabajo dentro de los ecosistemas forestales, resignificando las ideas entorno a lo que es productivo en el uso y aprovechamiento de los recursos forestales y reconociendo el valor que tienen los trabajos de conservación de los bosques y los proyectos productivos no maderables que recuperan las experiencias y saberes ancestrales de las mujeres para, por ejemplo, la transformación de las plantas medicinales en farmacias vivientes.
Otro actor fundamental en la intervención fue: ii. un grupo de personas que brinda las asesorías técnicas, quienes tienen el rol de proporcionar servicio de acompañamiento a las mujeres tanto en la presentación de los proyectos, desarrollo y monitoreo de los mismos. Esta fue la capacitación más amplia porque muchas de las problemáticas verbalizadas por las mujeres se vinculan con la forma y calidad de asesorías que reciben.
También realizamos talleres de evaluación con: iii. las mujeres beneficiarias del programa de la Conafor, quienes de viva voz nos compartieron la percepción que tienen sobre el proyecto forestal, cómo lo estaban desarrollando, las barreras culturales e institucionales que enfrentan, los aciertos y expectativas respecto al desarrollo del proyecto, y a partir de esta información fuimos dialogando con las autoridades y asesores/as técnicas sobre propuestas para la mejora del programa.
Asimismo, realizamos talleres de sensibilización con: iv. hombres de las asambleas ejidales y/ o familiares de las mujeres que participan en el programa de la Conafor, con el objetivo de identificar y cuestionar las barreras culturales que se reproducen en todos los espacios de interacción social y que dificultan la sostenibilidad de los proyectos forestales liderados por mujeres.
Con los distintos actores Equidad promovió la reflexión sobre el valor social y económico del Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado (TDCNR) que realizan las mujeres en sus hogares, siendo labores indispensables que producen bienestar a las familias y sostienen la vida, pero al mismo tiempo se analizó que su injusta distribución y feminización suponen un importante obstáculo para la participación sostenible de las mujeres en los proyectos productivos forestales, debido a que condicionan el uso de su tiempo, impidiendo que puedan dedicarse a otras actividades, siendo un elemento que aún se considera de la esfera “privada” y que no alcanza a la intervención del Estado.
De allí que parte de las recomendaciones realizadas a las autoridades gubernamentales es la necesidad de promover acciones diferenciadas considerando siempre la DST y, dentro de ésta el TDCNR, enfatizando que la sola inclusión de las mujeres en los programas de la Conafor no generará por sí solo la transformación de las causas estructurales que producen discriminación y colocan a las mujeres en una posición de desventaja respecto a los hombres, reconociéndose la importancia de complementar el programa con acciones públicas integrales que permitan dar pasos significativos para una nueva organización social del TDCNR, donde el Estado asuma un rol rector en la transformación de la DST, reduciendo esta carga laboral para las mujeres.
Así, la eliminación de los distintos obstáculos, sumado a medidas especiales de carácter temporal, son acciones centrales para generar condiciones que permitan la participación sostenible de las mujeres en los proyectos productivos forestales y para el logro de la igualdad sustantiva en el sector.