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Impuestos para una Justicia Redistributiva: Soluciones para las mujeres, las personas y el planeta

El Grupo de Trabajo de Mujeres sobre la Financiación para el Desarrollo

Presenta

Serie de conferencias virtuales

Soluciones macro para las mujeres, las personas y el planeta

Diálogos orientados a la acción sobre las agendas macro y las crisis actuales

 

Impuestos para una Justicia Redistributiva:

Soluciones para las mujeres, las personas y el planeta

Por Itzel Contreras Chávez

 

En la cuarta edición de la serie de conferencias virtuales organizadas por el Grupo de Trabajo de Mujeres sobre la Financiación para el Desarrollo se discutió sobre la importancia de políticas fiscales más justas y equitativas, particularmente sobre la forma más efectiva en que los impuestos sean para el uso de recursos públicos y cómo estos puedan ser benéficos particularmente para las mujeres, debido a que son quienes más lo resienten por su menor nivel de remuneraciones y su sobrerrepresentación en trabajos sin seguridad social. Entre otras, esta es la razón por la cual los impuestos tendrían que ser progresivos, es decir corresponderse con el nivel de ingresos, por lo que las grandes corporaciones y quienes generen ganancias extraordinarias sean quienes paguen más.

La primera especialista Verónica Serafini, investigadora y economista feminista integrante de LATINDADD -organización formada por 23 instituciones de 12 países que trabajan para resolver crisis sistémicas y sobre los impactos del COVID 19-, hizo su intervención en referencia a la arquitectura impositiva y la financiación global como instrumentos que en lugar de contribuir al desarrollo y el bienestar general hacen que persista la inequidad, ya que la carga de impuestos no es neutral entre los géneros y permite un flujo financiero ilícito que va en detrimento de los recursos públicos. Refirió que las deducciones de impuestos benefician únicamente a sectores de altos ingresos o corporaciones donde las mujeres tienen una escasa participación. Con la llegada del COVID 19, estas desigualdades se han exacerbado afectando los derechos económicos, sociales y culturales en especial de las mujeres, aunado a las cargas de trabajo en el hogar y la violencia doméstica que han aumentado con la pandemia, derivado de la estrategia de cuarentena y las medidas tomadas para evitar los riesgos de contagio, las cuales han beneficiado en su mayoría a quienes tienen trabajo formal, donde las mujeres tienen muy poca representatividad. La violencia de género, las sobrecargas de trabajo doméstico y de cuidado se suman a las condiciones de trabajo precario, la discriminación en ingresos y ocupación y menor posesión de bienes.

Ante las desigualdades, desde las organizaciones civiles se propone un sistema de impuestos progresivos que incluya el impuesto a la riqueza, un organismo fiscal para democratizar las decisiones globales sobre los mismos, la incorporación de los movimientos de mujeres a los procesos de decisiones e impuestos para las corporaciones multinacionales, ya que la problemática con la actual recaudación de impuestos es que profundiza la desigualdad, especialmente para las mujeres de bajos ingresos y jefas de familia.

Por su parte, Leah Eryenyu, investigadora, defensora y creadora del Movimiento Akina Mama wa África, con sede en Uganda, expone el problema del extractivismo en ese continente y particularmente en el Congo, una región muy rica en recursos, pero pobre en términos de indicadores de bienestar y desarrollo. El 59% del PIB de África está comprometido con el pago de la deuda, una situación asociada en buena medida a los flujos financieros ilícitos (FFI) que han sangrado fiscalmente al continente. La panelista recalcó la importancia de crear conciencia sobre esta situación en el resto del mundo a fin de exigir que se detenga esta injusticia, agravada ahora por el COVID-19, y de la que son responsables los países del Norte, por lo que son ellos quienes debe hacerse cargo para terminar con el desvío de recursos y dar paso a la decolonización.

La tercera ponente fue Hoang Phuong Thao, directora ejecutiva de ActionAid Vietnam, que expuso las medidas que tomó el gobierno de Vietnam para que nadie, hasta ahora, haya muerto a causa de COVID 19, gracias a las inversiones del gobierno al sistema de salud, que resaltan por sobre el resto de los países que no invierten en salud. También hizo un llamado a acciones públicas a nivel global para revertir la situación de contagios y defunciones y a que la inversión en salud pública para las mujeres esté asegurada, ya que se ha demostrado que cuanto más disponibles están los servicios públicos, ya sean clínicas, educación o agua, las mujeres gastan menos tiempo en acceder a ellos y reducen su inversión en gasto por traslado.

Además, contextualizó la precaria situación por la que atraviesa un gran porcentaje de mujeres trabajadoras pobres en la industria textil y de confección de prendas, la cual representa el 20% del ingreso del país, pero paga entre el 0 y el 5% de impuestos, lo cual solo beneficia a las corporaciones. El 80% de estos empleos son de mujeres y 90% son migrantes. Hizo hincapié en la creación de medidas que frenen el consumismo y que promuevan el consumo sustentable, ya que en los países asiáticos es una de las razones de destrucción del medioambiente y de las vidas humanas.

En su turno, Kate Donald, directora de Programas en el Center for Economic and Social Rights (CESR), enfatizó que los impuestos, no sólo el sistema fiscal en general, son muy importantes para la igualdad de género; más allá de que así se reúnen los recursos para servicios sociales, también ayudan a redistribuir el poder y los recursos. De ahí que hacer que el sistema de impuestos funcione para las mujeres significa hacerlo funcionar para otros grupos vulnerables, abogando por un sistema de impuestos interseccional. Las propuestas que han surgido al respecto se centran en cuatro puntos:

  • Atacar los flujos financieros ilegales (FFI)
  • Impuestos a las ganancias extraordinarias
  • Implementar o reforzar impuestos a la riqueza
  • Reforma de la arquitectura financiera global y la gobernanza de la economía global, ya que los países del Sur cuentan con muy poco espacio fiscal y político (estos dos últimos también se ajustarían a las Leyes Internacionales de Derechos Humanos)

Las ponentes coinciden en la importancia de que los gobiernos generen políticas fiscales con perspectiva de género y que la recaudación de impuestos sea progresiva para un mayor gravamen a quienes cuenten con mayores ingresos. Aludieron a hacer una diferenciación entre los países del Sur y del Norte, ya que las tasas de endeudamiento afectan particularmente a los países del Sur, debido a la supeditación financiera y a la importancia de parar con los flujos financieros ilícitos para posiblemente generar un menor déficit en la inversión para recursos sociales. Es indispensable la participación de los movimientos y tomar en cuenta las recomendaciones que provienen de las mujeres feministas para incidir en una mejor gestión de la crisis generada a raíz de la pandemia por COVID 19, que tiene mayores impactos en las mujeres y en los grupos vulnerables, y así trasformar las condiciones de desigualdad e injusticia a nivel económico y social.

 

¿Qué son los Flujos Financieros Ilícitos?

Según la Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo (AWID), los flujos financieros ilícitos son transferencias de dinero que provienen de tres fuentes: fraude fiscal comercial (evasión y evasión fiscal por parte de corporaciones y “élites ricas” o facturación fraudulenta), corrupción (sobornos, falsos declaraciones) y actividades delictivas (tráfico de personas, tráfico de drogas, venta ilegal de armas …). Algunos de estos fondos pueden haberse obtenido legalmente, pero haber sido transferidos o utilizados en forma ilegal o ilícita.

Como podemos ver, los flujos de dinero o capital utilizados o transferidos de un país a otro pueden tener un componente fraudulento que limite el espacio fiscal de los países, especialmente en el Sur global. Por lo tanto, es crucial hablar sobre el IFF, porque las dimensiones macro e internacionales de los impuestos han sido poco exploradas desde una perspectiva feminista en relación con el análisis nacional.

 

Co-convocantes Grupo de Trabajo de Mujeres sobre la Financiación para el Desarrollo:

Rosa Lizarde, directora global de Feminist Task Force. rosa.lizarde@feministtaskforce.org

Emilia Reyes, directora de Políticas y Presupuestos para la Igualdad y el Desarrollo Sustentable, en Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia. emilia@equidad.org.mx

 

En Equidad de Género publicaremos reseñas [EN-ES] de la serie de conferencias virtuales, las cuales estarán disponibles en Canal de YouTube de Women’s Working Group on Financing for Development.